Desde ATECH queremos compartir nuestra profunda preocupación ante los convenios firmados por el Ministerio de Educación con las fundaciones Pérez Companc y Bunge y Born, para intervenir en nuestras escuelas rurales a través del llamado “Programa Sembrador”.
Más allá del lenguaje técnico o los «buenos modales institucionales», lo que vemos es algo que conocemos muy bien: el Estado se corre, y en su lugar aparecen fundaciones privadas con discursos amables, pero con una lógica empresarial que no reconoce ni respeta el trabajo que venimos haciendo las y los docentes en cada rincón del Chubut. ¿Qué buscan estas empresas?
No se consultó a quienes sostienen la educación rural, a quienes viajan horas para llegar a una comunidad. No se les preguntó qué se necesita. Presentaron un plan cerrado, armado desde otro lugar, como si no supieran pensar sus prácticas ni sus escuelas.
Y sin embargo, sí saben. La semana pasada lo volvimos a demostrar cuando realizamos el Encuentro “Educar en contextos rurales”. Docentes de toda la provincia compartieron sus experiencias y contaron cómo se sostiene la escuela cuando el Estado no se hace cargo. Fue un espacio de encuentro, de construcción colectiva, de orgullo por nuestra tarea.
Frente a eso, no aceptamos que vengan desde fundaciones privadas a decirnos cómo mejorar la calidad educativa. No aceptamos que se instalen programas desde afuera, sin comprender ni respetar los tiempos, las historias ni las personas que habitan cada escuela. La calidad no se construye con “coaching educativo” ni con proyectos diseñados en oficinas. Se construye con salarios dignos, con aulas en condiciones, con cargos cubiertos, con escucha real a quienes están en el territorio.
Sabemos que las palabras suenan lindas cuando se habla de “innovación” y “acompañamiento”. Pero también sabemos que detrás de esas palabras muchas veces hay control, ajuste y silenciamiento.
Por eso desde ATECH decimos con claridad: la educación rural no se mejora con filantropía, se fortalece con presupuesto estatal suficiente y respeto por los derechos educativos.
Exigimos que se escuche a quienes sostienen la educación pública cuando todo falta. Porque si alguien sabe como educar en la meseta, en la cordillera o en la costa, son las maestras, los profesores, las direcciones, las familias, que día a día le ponen el cuerpo.
Desde ATECH vamos a seguir defendiendo esa escuela pública que es mucho más que un aula: es un acto de esperanza, de justicia y de comunidad.