Ayer 1º DE MAYO celebramos la lucha de la clase trabajadora de la que somos parte y homenajeamos sus mártires, hoy reafirmamos nuestra propia lucha. Con el ejemplo de quienes nos precedieron, el recuerdo de Fuentealba, de Cristina y Jorgelina y todas aquellas personas que viven en nuestras luchas.
La inflación que agrava la pobreza es el problema más acuciante para el pueblo. La guerra contra la inflación debería ser contra los monopolios que manejan los alimentos y se podría ganar con una firme decisión política. Lamentablemente hoy no está en los planes del gobierno nacional, que repite fórmulas ya fracasadas. El acuerdo con el FMI que legitimó la estafa de la deuda generada por el gobierno de Macri hipoteca los derechos populares y entrega la soberanía nacional, empeorando así las condiciones de vida de millones de personas. La política de la conducción de la CTERA, al firmar el acuerdo paritario de febrero, ha dejado otra vez los salarios docentes bajo la línea de la pobreza y su decisión de no apoyar las luchas de las provincias representa otro condicionante que, al tratarse de la herramienta nacional docente, resulta doloroso y repudiable.
El pueblo chubutense repudió al gobierno de Arcioni en las elecciones y derrotó en una lucha histórica su proyecto minero. Hoy, Arcioni es sostenido por los grandes grupos económicos que saquean los bienes comunes en nuestra provincia, por eso los posibles candidatos a sucederlo – y otros sectores subordinados – le garantizan la gobernabilidad, mientras avanza una enorme campaña para esconder la continuidad del ajuste. La ATECH es un obstáculo para esta política, por esa razón nos atacan y buscan aislarnos.
La realización de este PLENARIO es una reafirmación de la voluntad de luchar y de la rebeldía docente, de nuestra convicción en la defensa de nuestros derechos como trabajadoras y trabajadores, en la defensa del agua y del territorio contra la megaminería, en la lucha contra la criminalización de la protesta y la persecución a quienes no nos sometemos. Llevarlo adelante en estas difíciles condiciones es un logro, pero también muestra las limitaciones que hoy tenemos y que debemos superar.
Balance como punto de partida: ¡LUCHAR SIRVE!
Las luchas de 2018 y 2019 implicaron un gran esfuerzo que obtuvo algunos resultados importantes. Frenamos lo peor del ajuste y el salario de una maestra inicial llegó a cubrir (diciembre de 2019) el 80% de la CANASTA BÁSICA (estudio de la UNPSJB). En enero de 2022 apenas cubríamos el 50% de esa CANASTA BÁSICA.
Los errores y aciertos de esos procesos de lucha no pudieron ser analizados colectivamente. La pandemia impidió un debate necesario: ¿sirve luchar?; ¿qué conseguimos y con qué herramientas?; ¿qué errores se cometieron?
Hoy tenemos un contexto muy diferente al de esas luchas. La política del gobierno provincial sigue siendo esencialmente la misma, pero han variado muchas otras condiciones. Los alineamientos políticos y sindicales (nacionales y provinciales), el ánimo de la comunidad después de la pandemia y nuestro propio estado de ánimo colectivo.
LO INDISCUTIBLE es que la quietud y el silencio son terreno propicio para el avance destructivo del gobierno. Su política impulsa permanentemente acciones contrarias a nuestros derechos.
Por eso, este Plenario PROPONE
- Declarar HUELGA por 24 horas el día 10 de mayo, fecha comprometida para la continuidad de paritaria salarial.
- MOVILIZACIÓN al lugar en que se realice la reunión (Regionales Este y Noreste), con movilizaciones simultáneas en cada una de las demás regionales.
- En el caso de cambiar la fecha el gobierno, además, declarar HUELGA por 24 horas el día en que se realice la reunión, con movilización.
- El plenario propone continuidad de paro progresivo, con base en nueva asamblea escolar y mandato al Cuerpo de Delegados de cada regional.
- Convocar a las demás organizaciones sindicales de trabajadores estatales a la unidad en la lucha contra la política de ajuste de Arcioni.
- Plantear que el aumento salarial debe permitir alcanzar la canasta familiar para la Patagonia, lo que representa un salario de bolsillo de $100.000, como mínimo.